Los hombres son, en su mayoria, valientes en los papeles pero cobardes en la vida real, o, al menos, en ese momento central en el cual su novia, despues de años de estar en pareja, le exige una definicion constante con la pregunta: ¿querido, cuando vamos a casarnos?
En ese momento el novio siente que su temor mas profundo se hace realidad, que no habia calculado lo que iba a pasar pero finalmente paso, lo cual puede considerarse una imprevision de su parte porque seguramente ya se entero que sus amigos pasaron por circunstancias parecidas.
Lo cierto es que, enfrentado a la pregunta fatal su respuesta determinara su futuro cercano: decir si, decir no, decir tal vez... son todas opciones que circulan a velocidad de la luz por su cabeza, opciones que le ofrecen salidas diferentes a su vida de soltero.
Lo mas comun, sin embargo, es que su respuesta no sea sorprendente, que se limite a dar un si que pondra fin a su solteria de una vez y para siempre. Luego de aceptar casarse, el novio pasa a ser un cero a la izquierda que contempla todo con algo de panico, dandose cuenta que ese dia que parecia tan pero tan lejano finalmente llego.
Lo que ese novio no sabe -y deberia saber- es que cuando todo este organizado y listo, cuando las tarjetas esten enviadas, el salon alquilado, la iglesia reservada y los padrinos listos para asumir su compromiso, todavia falta algo: como llegar a la iglesia.
Y para ese momento trascendental, momento en el cual un millon de personas sacaran sus camaras, hay que estar a la altura de las circunstancias y la unica manera de estarlo es contratando a Sauclass, el mejor alquiler de coches para bodas en Valencia.
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